**Título: Todos estamos sufriendo de “qualitynesia” ahora**
En la era de la tecnología y la inmediatez, es común que nos encontremos atrapados en la corriente de la innovación constante, dejando atrás una serie de objetos, costumbres y tradiciones que, aunque parecían parte del pasado, poseían una calidad que se ha ido desvaneciendo con los años. Este fenómeno puede describirse como “qualitynesia”, un término que refleja nuestra tendencia a olvidar el valor de la calidad en favor de la cantidad y la velocidad.
La “qualitynesia” no es un concepto nuevo. A lo largo de la historia, hemos sido testigos de múltiples transiciones, desde la Revolución Industrial hasta la era digital, donde la producción en masa ha reemplazado a la artesanía y el cuidado en los detalles. Pensemos, por ejemplo, en la industria de la moda. En la década de 1950, las prendas eran confeccionadas en talleres artesanales con materiales de alta calidad y a menudo, a medida. En contraste, hoy en día, muchas marcas de moda rápida producen ropa con un enfoque casi exclusivo en la cantidad y los precios bajos, sacrificando la durabilidad y el diseño.
Un claro ejemplo de esta “qualitynesia” la encontramos en la comida rápida. Podemos disfrutar de una hamburguesa en minutos, pero es fácil olvidar el valor de las recetas familiares que llevaban horas o incluso días para prepararse y que eran elaboradas con ingredientes frescos y de calidad. En particular, la dieta mediterránea, reconocida por sus beneficios para la salud, ha sufrido un golpe debido a la creciente popularidad de las comidas procesadas. Este olvido afecta no solo nuestra salud, sino también la cultura y las tradiciones culinarias que han sido parte integral de nuestras sociedades.
La música es otro ámbito donde la “qualitynesia” se hace evidente. En el pasado, los vinilos y las grabaciones en cinta ofrecían una experiencia auditiva única que muchos consideran superior a los formatos digitales actuales. La atención al detalle y la calidad de producción eran fundamentales en la creación de álbumes que perduran en el tiempo. Hoy, el streaming ha facilitado el acceso a millones de canciones, pero a menudo perdemos la conexión emocional que se establecía al escuchar un álbum completo.
Sin embargo, es esencial reconocer que no todo en la actualidad es inferior. La comodidad y la accesibilidad que proporciona la tecnología moderna son innegables. Nos permite conectarnos, informarnos y disfrutar de diversas experiencias culturales sin ser limitados por la geografía. Sin embargo, debemos ser conscientes de lo que se pierde en este proceso.
La “qualitynesia” es un recordatorio de la importancia de valorar lo que una vez tuvimos y que, aún hoy, podemos encontrar en pequeñas comunidades que se esfuerzan por preservar la calidad en sus productos y tradiciones. Debemos hacer un esfuerzo consciente por rescatar y apreciar lo que tiene un valor duradero frente a la proliferación de lo efímero. En un mundo donde la rapidez y la cantidad son la norma, es hora de redefinir lo que realmente significa “bueno” y “valioso”. La historia nos ofrece lecciones que no deben ser olvidadas, y es nuestro deber aprender de ellas para crear un futuro más consciente y equilibrado.